Mi amigo me dijo que se puede comprobar si un huevo está podrido sumergiéndolo en un vaso de agua. Si flota, entonces está podrido. ¿Es esto cierto? ¿Por qué funciona esto?
Sí, es cierto que puedes comprobar si un huevo está podrido sumergiéndolo en un vaso de agua. Aquí te explico por qué funciona este método:
Un huevo fresco se hundirá hasta el fondo del vaso y quedará acostado de lado. Esto se debe a que su contenido es denso y tiene muy poco aire en su interior.
Un huevo que no es completamente fresco, pero que aún es seguro para comer, se hundirá pero quedará en posición vertical o inclinada en el fondo del vaso. A medida que el huevo envejece, se forma una pequeña bolsa de aire en su interior debido a la evaporación de agua a través de la cáscara porosa.
Un huevo podrido flotará en la superficie del agua. Esto ocurre porque, con el tiempo, más aire entra en el huevo a través de su cáscara porosa, y gases producidos por la descomposición de su contenido hacen que la densidad del huevo disminuya, haciendo que flote.
El método funciona por dos razones:
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La cáscara del huevo es porosa, permitiendo el intercambio de gases. Con el tiempo, el aire penetra en el huevo, formando una bolsa de aire en el extremo más ancho.
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La descomposición del contenido del huevo (yema y clara) produce gases como el amoníaco y el sulfuro de hidrógeno. Estos gases aumentan el volumen de aire en el huevo, haciendo que flote.
La cáscara del huevo de la gallina doméstica tiene alrededor de 7000 poros que permiten al embrión respirar. Cuando un huevo se pudre, la yema y los materiales circundantes se descomponen y emiten gases que pueden pasar a través de la cáscara. Esto permite que la masa salga del interior del huevo, resultando en una menor densidad para el volumen del huevo, haciéndolo más flotante.